Hola amigos:
El pasado viernes 5 de dicembre nos visitó en Esmirna Manuel Spínola.
Manuel Spínola (Madrid, 1948) es Licenciado en Ciencias de la Imagen Audiovisual. Ha sido crítico cinematográfico de la revista cultural Reseña; Ayudante de Realización en RTVE; Documentalista en la Filmoteca Española. Ha expuesto su obra pictórica en Madrid. Pertenece a la Asocación Española de Escritores y Artistas. Ha escrito 25 cuadernos de poesía. Publicó su primer poemario, Del furor, en 2002, y el segundo, O la luz, en 2006.
Manuel leyó poemas de sus dos libros publicados.
de O la luz:
LA FUGA
Sentir el presente dilatado,
recorrer las calles con pausa,
como quien trabaja a gusto
y vuela en sus manos el tiempo.
Se rompen los minutos,
las horas buscan dueño
y yo me hallo fugado de la cárcel,
por fin. Nadie me conoce,
y soy libre para siempre.
(Me han echado del trabajo).
HAIKUS EXTREMEÑOS
El fuego incendia la serranía.
Corro, entre eucaliptus, a apagarlo.
No, es el sol al caer.
*
Una amapola
se dobla bajo el peso
del agua.
SURREALISTIC PILLOW
Cuando la luna caía hecha pedazos,
supe que Dios venía hacia mí
en una carroza de lobos
como un deseo insatisfecho,
un adios y basta, todo es infinito,
las catacumbas en un sinfín de aluviones
allí donde gime el cachalote
y se da vueltas la meretriz en el caballo.
Una espina no sé si llegaré al final.
Siento una ardilla llorando en mi interior,
no me mueven más los sones de mis podridos
pensamientos, un vez se hayan
acabado acusándolos de maltrato.
No olvides poner un orinal en tu cabeza.
EL SENTIMIENTO TRÁGICO
EL SENTIMIENTO TRÁGICO
A D. M. de Unamuno
Tras devenir una sombra
en la que el alma muere,
juega con la vida y con la muerte el más allá.
¿Por qué, pues, el mal?
Tanto, tan terrible.
El corazón del hombre brama
como el mar contra la roca.
Baten las olas, que arrastran al abismo.
En un golpe, la eternidad.
¡Oh muerte, qué aviesa!
de El furor:
EN EL RUEDO DEL MUNDO
V
Mientras, el Arte discurre
en el ruedo del mundo,
haciendo una faena de las grandes
los cuernos enfilados de la Vida.
PERSONA
A Ingman Bergman
En el pavor del vacío
huyo de mí.
No me quiero, no sé hablarme.
Soy una careta, una máscara.
Soy una careta, una máscara.
Ante mí, ante todos.
¿Quién se esconde debajo de ella?
No he nacido aún.
Soy un ser en gestación.
Le que en mí existe de auténtico,
queda preso por cadenas y cortinas.
Es corta mi palabra,
y no sé cómo contar mi ser.
Hay un abismo negro
para llegar al centro.
Mis brazos se tienden al aire,
para alguien, para el otro,
quizás, sí, para ti.
NUNCA QUIERAS RAZONAR
Que penetre la mente abierta
a los absurdos que rigen los secretos de la vida.
Más allá de cualquier predicción,
como si no hubiese ningún sentido
en el ancho y vasto horizonte,
como si no hubiese caminado nunca
por ningún paraje conocido,
extraño a la voz,
ciego el oído y sorda la vista,
me enfundan una coraza oblicua
que niega las porosidades de lo experimentado.
Nunca lleve conmigo ningún amuleto
que desvirtúe la honda interrogación
que la vida, per se, supone
al que osa, a su vez, interrogarla.
Por fin, muera la fiera sonata
que golpea mi interior,
rompiéndome el pecho
y descoyuntando mi palabra,
trémula entre tanto caos.
En fin, la luna sigue brillando por las noches.
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