El viernes 27 de noviembre nos visito Beatriz Villacañas. Una visita que hizo que el James Joyce fuese un poco más irlandés y un poco más español ―por qué no― que de costumbre. Primero, gracias a la grata sorpresa que supuso la presentación que de ella hizo John Liddy y la posterior lectura que de sus poemas hizo la invitada. Y después, a todo lo que ésta nos enseñó acerca de las semejanzas y diferencias entre la poesía de la isla y la nuestra propia.
Como no podía ser de otro modo, no faltó la lectura de versos en la lengua de Milton, entre otros del poeta Juan Antonio Villacañas, que desde la trama infalible del tiempo estuvo presente durante la lectura de su hija. En concreto, se leyeron poemas suyos traducidos por Beatriz, además de algunos en su español original.
Una noche difícil de olvidar en la que brilló la figura de la poeta, la traductora y la profesora.
Sólo nos quedamos con ganas de decirle una vez más a Beatriz: "Go raibh maith agaibh".
Hasta la próxima, amigos. Será en enero, y con otra sorpresa.
Un abrazo.
Equipo Esmirna.
Poemas de Beatriz Villacañas
NO SON ALAS: ES TAN SÓLO UN PIANO
Los pájaros son el recuerdo cotidiano
de la atadura que nos une a la tierra
diariamente.
Son el espejo en el que se refleja
esa distancia, siempre irreconciliable,
del hombre con su piel.
Ellos son ese sueño cercano e inasible
de crueldad bellísima.
Tiernos e indiferentes,
y desconocedores
de todas las palabras
que inventamos nosotros
para poder volar. Escucha:
¿No percibes su corazón acelerado?
Oye cómo bombea
ese aire que en nosotros se estanca
y se hace pensamiento.
Ellos
reinventan el viento día a día
mientras tú y yo seguimos
intentando entender el porqué de su vuelo,
que se acerca a llamarnos
y se aleja después.
Para nosotros
el deseo es un pájaro caído
incapaz ya de atravesar el aire.
Para ellos
nosotros somos la amenaza que se olvida
al recobrar el cielo en un instante.
Míralos allá arriba,
intentemos hacer de la mirada un ángel redimido
un segundo tan sólo.
Luego,
nuestras pisadas nos traerán a la tierra nuevamente
y volverán a caer, algunas veces,
sobre la hormiga
que sólo mira al suelo.
(De Jazz, 1991)
PARA AQUEL ZOÓLOGO ALEMÁN QUE BUSCABA ANIMALES MONSTRUOSOS
La ciencia pudo ser el arma de tus manos,
tu instrumento. Pretexto:
La magia era tu meta,
perseguiste su sabia con la sed
de todos los desiertos,
ávido de esa luz que sólo brota
de la raíz del pozo más oscuro.
Elefante-luciérnaga,
pez que huye por tierra
con pies inexplicables,
y ese animal tan negro, tan feo, tan humano,
que gime y casi llora cuando se le acaricia.
Dime,
ante el horror del monstruo,
¿sentiste escalofríos?
¿te atormentó el placer?
¿tuviste pena?
Quizá llegaste a amar, acaso, digo,
el labio leporino de aquel pájaro
o el corazón sufriente del bicéfalo
y viste en ellos
al hijo indescifrable del dolor
con tus gafas del siglo diecinueve.
Diste a esa frente tuya que escalaba
las cumbres más nietzscheanas
un tenebroso oficio,
en ello te hermanaste con todos los poetas,
porque el monstruo
es el misterio profundo de la vida.
(De Allegra Byron, 1993)
SOBRE RUEDAS
En la llanura estéril
que hay entre la dicha y la tristeza
busco el escalofrío
de ver nacer a un héroe en mi carne
respirando
doscientos kilómetros por hora.
En el limbo del deseo adormecido
donde reina
el sentido común de la otra gente
yo y mi Yamaha,
que arde entre mis muslos,
encendemos el aire
y colocamos ruedas en el tiempo.
En las fachadas negras
donde la lluvia pierde su inocencia
y chorrea envilecida hacia el asfalto,
escribo soliloquios brevísimos de letras:
desentierro mi voz.
En el sosiego de alquitrán de cualquier carretera,
camino, para tantos, de ida y vuelta,
me dejo seducir por el infierno,
por el deseo perverso
de saber hasta dónde
puede arrastrar el corazón al cuerpo.
(De El silencio está lleno de nombres, 1996)
AQUILES, HIJO MÍO
Aquiles, hijo mío,
algo me vence más que tu grandeza:
el recuerdo de tu ser recién nacido.
Sólo yo, Aquiles, hijo mío, sé cómo fuiste niño.
Cuántas veces, a nuestros pies las olas,
con mis dedos quitaba yo la arena de tus cabellos rubios.
Siempre escondías tesoros diminutos en tus puños,
que se abrían como rosas
sin haber conocido aún el hierro de las armas.
Aquiles, hijo mío, tuyas son las victorias,
tu lucha es mi derrota.
Aquiles, mi guerrero,
al hacerte soldado
caíste prisionero de tu propia armadura.
El mundo está asediado,
y todos tus triunfos ponen nuevas murallas
en los pechos de los hombres y los héroes.
Tus pies ligeros no han de llevarte nunca más allá
de los confines de la guerra,
y con ellos te vas marchando lentamente de mí
porque te marchas para siempre.
Aquiles, hijo mío,
te vi vivir antes de verte con los ojos,
te oí sumergido en el silencio
y te toqué sin necesidad de usar las manos
mucho antes que la aurora de los dedos rosados.
Ahora que estás dormido y la luz de la luna
perpetúa el resplandor de tu espada,
a la vez que con su leche nutre esta nocturna tregua,
contemplo en tu talón la convulsión del tiempo,
y aunque tú no lo sabes, Aquiles, hijo mío,
como siempre
los dioses han vencido.
(De El silencio está lleno de nombres, 1996)
DE LIRAS POR DUBLÍN
Dublín es como todo,
sólo un pretexto más de la existencia,
lo diré de otro modo,
que vivir es la ciencia
de no saber de nada y a conciencia.
Es una antología
tan personal como los ruidos viejos,
como una epifanía
que nunca da consejos,
con el presente Joyce siempre a lo lejos.
Yo me tomo unas liras
con todos los borrachos dublineses.
Muerte, sé que me miras
como a los feligreses
de los templos profanos irlandeses.
Que el pub es cosa seria,
de la sed sin fronteras es la casa,
es toda nuestra feria,
es todo lo que pasa,
es creer que la muerte se retrasa.
El amor, por su parte,
puede encontrarnos en cualquier postura,
quizá el amor es arte
de mestiza blancura.
Me gusta que el amor no tenga cura.
Porque si la tuviera
Dublín sería un diálogo mezquino,
no habría ciudad entera,
ni cerveza ni vino
que nos pusiera a hablar con el destino.
Ya lo dije hace mucho,
Dublín no es otra cosa que un relato
tan mío que lo escucho
cómo come en mi plato,
que la vida es muy larga y sólo un rato.
(De Dublín, 2001)
ÁMAME CON CARIBES Y PANTERAS
Ámame con Caribes y panteras,
deja que Eros cumpla su destino,
ponle caña de azúcar al camino,
dale cuerpo al futuro que tú esperas.
La noche nos dará sus lunas fieras,
el abrazo tendrá sabor marino,
y la canela excitará el felino
que ronronea bajo las palmeras.
Inúndame de tropical ternura,
acércame tu aliento, tan caliente
que puede hacer arder la tierra entera.
Démosle rienda suelta a la bravura,
superemos la gloria del torrente
y que el gozo nos lleve donde quiera.
(De El Ángel y la Física, 2005)
ASTROLOGÍA INTERIOR
Se hizo la voz
y dijo:
sólo serás poeta
si un ángel se detiene en tu palabra.
……….
La manzana, translúcida.
Y el alma,
más tangible que el cuerpo: el Paraíso.
……….
Pájaro del amor:
¿qué eternidad te salva
de la devoración de la palabra?
……….
Una idea libando
la flor del pensamiento.
……….
Te has revelado a mí, ángel
lejano y cercanísimo.
Bendita
la sed que me despiertas.
……….
¿Quién nos está soñando,
quién nos sueña?
¿Quién impulsa
los músculos del alma
y estos cuerpos que son a veces
tan hermosos
y nunca terminados?
……….
Ay, corazón,
eres un vuelo de pájaros
arracimados
en el aire
que tiende a dispersar sus soledades.
……….
Lo terrible
de la fotografía
no es que nos recuerde
dolorosamente
la ausencia del objeto,
sino que nos revela
la ausencia
del sujeto.
……….
Todo es de noche hoy
y el alma es
un oscuro alimento que no puede comerse.
……….
Y quedémonos ya
en este hueco,
aquí,
junto a la inmensidad de lo invisible.
……….
A pesar
de que muchos no lo crean,
la Poesía
es la hermana bohemia de la Ciencia.
Acaso
alguna vez siamesa.
……….
Te amo
por que todo tú
eres talón de Aquiles.
……….
¿Qué explica nuestros pasos
por esta parturienta inconcebible
que hemos llamado vida?
……….
La palabra Muerte
no sabe de la Muerte.
……….
Muerte
no es
palabra abstracta.
Es revelación incomunicable.
……….
Las palabras
son mis antepasados.
……….
Desnuda a la palabra,
así
te dirá su sentido
más allá del ropaje de los significados.
……….
Sueña la palabra
que se forma en la boca.
Un Poema
espera
a ser reconocido,
elegido,
hecho materia en letras.
……….
La palabra
¿es llegada
o es viaje?
(De El Ángel y la Física, 2005)
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